Si preguntas a tu hij@ ¿Me acompañas a comprar el pan? o volvéis juntos del colegio o si simplemente estáis dando un paseo... Camináis por la calle y veis, como la gente que os rodea, baldosas en el suelo, zonas de césped, algún árbol, coches... Pero hay alguien justo a tu lado, dándote la mano, que de repente te dice entusiasmado "¡Cuida qué te va a comer un cocodrilo! ¡Tienes que saltar muy lejos para no caer en el río!" No te queda otra que agudizar tus reflejos, preparar tus músculos para cualquier situación posible."¡Ahí tienes un puente, si pasas por el puente no hace falta saltar!"-te dice a continuación. Buscas desesperado ese puente, miras al suelo y ves baldosas, unas blancas, otras azules, alguna verde, hasta que te fijas en dos con una tonalidad algo diferente. "¡Ahí está, salta, pisa! ¡Bieeeeeen!"
Si te ocurre lo que acabas de leer tienes que saber que estás jugando al pisasalta.
El pisasalta es un divertido juego inventado por nuestro hijo y que sirve estupendamente para que las caminatas urbanas no se hagan tan pesadas para los niños. No es necesario ningún complemento excepto las aceras, en concreto esas que cada pocos metros tienen un par de filas de baldosas de un color diferente al resto. Esas hileras son los ríos que deben saltarse con cuidado de no mojarse las puntas o los talones en el intento y evitar que te coma el cocodrilo.
Lo más probable cuando esas aceras ya tienen unos años es que se hayan sustituido algunas baldosas, y las nuevas siempre tienen un tono algo diferente de las originales. Esas son los puentes que permiten cruzar los ríos pisando sin mojarse.
Pero no todo es tan fácil, a veces sólo se ha sustituido una fila de baldosas de las dos que forman el río, por lo que habrá que hacer una saltapisa o un pisasalta.
Resultado: salta, pisa, saltapisa o pisasalta cada pocos metros y la vuelta del cole mucho más rápida y divertida de lo habitual. No se puede conseguir más con menos.
¡Cuidado con los cocodrilos!
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