Si preguntas a tu hij@ ¿Me acompañas a comprar el pan? o volvéis juntos del colegio o si simplemente estáis dando un paseo... Camináis por la calle y veis, como la gente que os rodea, baldosas en el suelo, zonas de césped, algún árbol, coches... Pero hay alguien justo a tu lado, dándote la mano, que de repente te dice entusiasmado "¡Cuida qué te va a comer un cocodrilo! ¡Tienes que saltar muy lejos para no caer en el río!" No te queda otra que agudizar tus reflejos, preparar tus músculos para cualquier situación posible."¡Ahí tienes un puente, si pasas por el puente no hace falta saltar!"-te dice a continuación. Buscas desesperado ese puente, miras al suelo y ves baldosas, unas blancas, otras azules, alguna verde, hasta que te fijas en dos con una tonalidad algo diferente. "¡Ahí está, salta, pisa! ¡Bieeeeeen!"
Si te ocurre lo que acabas de leer tienes que saber que estás jugando al pisasalta.
El pisasalta es un divertido juego inventado por nuestro hijo y que sirve estupendamente para que las caminatas urbanas no se hagan tan pesadas para los niños. No es necesario ningún complemento excepto las aceras, en concreto esas que cada pocos metros tienen un par de filas de baldosas de un color diferente al resto. Esas hileras son los ríos que deben saltarse con cuidado de no mojarse las puntas o los talones en el intento y evitar que te coma el cocodrilo.
Lo más probable cuando esas aceras ya tienen unos años es que se hayan sustituido algunas baldosas, y las nuevas siempre tienen un tono algo diferente de las originales. Esas son los puentes que permiten cruzar los ríos pisando sin mojarse.
Pero no todo es tan fácil, a veces sólo se ha sustituido una fila de baldosas de las dos que forman el río, por lo que habrá que hacer una saltapisa o un pisasalta.
Resultado: salta, pisa, saltapisa o pisasalta cada pocos metros y la vuelta del cole mucho más rápida y divertida de lo habitual. No se puede conseguir más con menos.
"Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor..."
Hemos intentado empezar de una manera menos obvia, pero resulta muy difícil sustraerse al magnetismo de este párrafo, que durante tantos años y para tanta gente ha sido la puerta de entrada a las fantásticas historias de Astérix y Obélix. Si tus hij@s ya lo conocen, ya forman parte de la tercera generación que disfruta de sus historias.
Primera viñeta de Astérix en 1959
Hagamos un poco de memoria. Fue allá por 1959 cuando los niños que hoy ya son abuelos pudieron leer su primera aventura, editada en álbum completo dos años más tarde. Al esfuerzo inicial de familiarizarse con tantos nombres terminados en "-ix" seguro que le acompañaron las risas provocadas por esos romanos tan imperiales a la par que ridículos, o los estupendos juegos de palabras, conservados en su traducción al español en la mayoría de las ocasiones, como esos esclavos que no querían trabajar porque eran de numidia-la ghana. Los tebeos también engancharon al incluir un montón de tópicos nacionales que, lejos de quedarse en anacronismos históricos, se integraban a la perfección dentro de una ambientación también muy cuidada en detalles. Y es que con los tebeos de Astérix se acaba aprendiendo sobre la edad antigua, ¡Por Tutatis que sí!
Goscinny, el guionista de las historias, fallecía en 1977, y tres años más tarde, Uderzo decidía continuar en solitario las publicaciones añadiendo las palabras a su labor de dibujante. Mientras se desarrollaba esta segunda vida de Asterix, los hijos de sus primeros lectores ya manoseábamos las páginas de los bigotudos galos con el mismo entusiasmo que nuestros progenitores, y las considerábamos exclusivamente propias, como si no hubieran existido antes de nosotros. La verdad es que cuando somos niños y encontramos una lectura con la que disfrutamos, nuestra capacidad de concentración, de inmersión, es absoluta, algo que conforme vamos creciendo parece perderse sin remedio. Hasta que tienes hijos junto a los que recobrar esas sensaciones.
Así nos reímos con Astérix
Por esto precisamente nos provoca tanto placer que nuestro hijo, con seis años recién cumplidos, haya comenzado a, literalmente, meter la cabeza dentro de los tebeos comprados por sus abuelos para que los leyeran sus padres. Ha descubierto los Astérix, al ritmo de dos o tres por semana, y como no podía ser de otra manera, la mamá y el papá también los estamos recuperando. Asuranceturix sigue cantando igual de mal, a los galos les continúa divirtiendo pelear por la frescura del pescado, y Obélix persiste en su pensamiento de que los romanos están locos tanto como en su pasión por un jabalí bien asado. Aunque probablemente no es que sigan haciendo todas esas cosas, sino que las están haciendo por primera vez. Para nuestro hijo es pura novedad y está preñado de actualidad. Y esa es la grandeza que caracteriza a las buenas historias: mantener vigente su capacidad de emocionar y divertir por mucho tiempo que pase.
Si vuestro chic@ está comenzando a tontear con los libros, o ha pasado directamente a devorarlos, los tebeos de Astérix es muy probable que le enganchen. Si no le atraen especialmente las letras ni siquiera en formato comic, siempre se puede probar; nunca se sabe cuándo puede cambiar la tendencia y acabar encontrando aquello que realmente les gusta. Pasar una tarde juntos leyendo siempre es gozoso en cualquier caso, aún más si se leen las mismas viñetas que nos encandilaron de niños.
Banquete con el que suelen terminar las aventuras de Astérix
Tampoco hay que olvidar que Astérix también se puede disfrutar en sus películas. No me refiero a las de personajes reales realizadas en la última década -¿No os parecen un tanto chabacanas, como si Astérix y Obélix no fueran los mismos fuera de los colores planos?- sino a las películas de animación tradicional, algunas de ellas con historias originales que no podemos encontrar en los álbumes. Pueden ser otra manera de llegar a los tebeos. A ver a quien no le divierte la búsqueda de la forma A38.
Hoy, Astérix y Obélix ya están en la cincuentena, pero muy activos. Para el próximo octubre han anunciado su álbum oficial número treinta y cinco, "Astérix en casa de los Pictos". Seguro que vemos kilts escoceses y caras pintadas a lo Braveheart, pero también es seguro que ya no participan ninguno de sus autores originales. De igual manera, para 2014 está previsto el estreno de “Astérix y la residencia de los dioses” su primera película de animación en tres dimensiones.
La residencia de los dioses
Tercera generación de tebeos por tanto, tercera generación de películas que también arranca, y tercera generación de lectores y espectadores que ya ha comenzado a disfrutarlos igual que lo hicieron sus padres y abuelos. Por el momento, el cielo no se cae encima de nuestras cabezas.
Posado de los personajes creados por Goscinny y Uderzo